Baños de las chicas

Después de estrechar la mano de la chica la puso en su hombro, intentándo ofrecerle su confianza. -¿Y me puedes contar qué te pasa? Quizás te pueda ayudar. -Guiñó levemente un ojo y sonrió plácidamente.

Abrió los ojos. "Un psicólogo". "Ese capuyo". No entendía nada. Vió algo de furia en el gesto de la chica y se pensó si seguir preguntando o no. -¿Qué capullo? -Se temió que la pregunta le pudiera sentar mal, pero terminó de pronunciarla con tono firme y seguro.

Su poca información de poco le servía. -Ahá, te ha fastidiado.. -Sonrió divertido, ya que no le iba a contar sus problemas intentaría animarla. -¿Quién te habrá mandado a fiarte de los francesitos..?

"Solo estaba ayudando a mis amigas para que no las mataran y violaran tamién." Se quedó perplejo al escucharla. Sus palabras retumbaron en su cabeza una y otra vez durante unos segundos. "¿La había violado e intentado matar?" Entendió ahora que no se lo contara antes, era humillante. Llevó su mano a la de la chica para apartarsela de la boca. -No pasa nada. Es mejor que no te lo tragues todo, ¿No?

Retrocedió sorprendido. "¿De qué estaba hablando?" Cayó entonces en que sus palabras podrían haberle sentado mal después de lo sucedido. Guardó las distancias. -Olle, perdona.. No era mi intención.. ¿Sabes? -Seguía con los ojos abiertos como platos, aunque en el fono la entendía.

Se quedó paralizado, sin saber que hacer. La chica debería tener un trauma encima, debería cuidar sus palabras ahora. -¿Quieres que me vaya? -Quizás le molestara su precencia ahora, o desde el principio.

Se giró para irse pero se puso en su situación y pensó que necesitaba apoyo. Se acercó nuevamente y se sentó junto a ella, en el suelo. Se limitó a mirarla a los ojos, no quería que se sintiera intimidada si la tocaba. No articuló palabra, se quedó inmóvil, quería que supiera que lo tenía allí de ayuda.

Sin darse cuenta se había perdido en sus ojos azulados. Su voz lo despertó de golpe. -Ahá, son preciosos. -Vió su sonrisa y no puedo evitar que se la contagiara.

La siguió con la vista durante todo su recorrido. Se había fijado en el motivo, la camisa algo desgarrado. Quizás como recuerdo del desgraciado suceso. -¿Llevas mucho por aquí? -Antes de haberse retirado no la había visto.

Palpó el bolsillo de su pantalón. Ahí estaba su petaca de vodka. No pensaba sacarla, no sería lo mejor para ella en esos momentos. -No creo que fuera lo más indicado.. -Hizo un pequeña pausa. -No creo que te siente bien.

Cuando se dió cuenta la chica ya tenía la petaca en la mano y estaba bebiendo, así que no puedo evitar nada. -En fín.. -Cogió la petaca de sus manos y bebió un trago de vodka. Volvió a pasarsela. -¿Sueles beber?

-Estás bonita.. -Murmuró para sí mismo. Observó como poco a poco se iba quedando sin vodka. Como no interviniera se la bebería toda y además, si no solía beber, acabaría totalmente ebria. Finalmente acabaría siendo una carga para él.. o no. Una idea se le vino a la cabeza. Le arrebató la petaca para darle otro trago, después se la volvió a pasar. -No respondo ante mis actos. -Dijo divertido, sonriente.

En efecto, solo le había dado un par de tragos y ya estaba totalmente ebria. La dejó encima suya, se concentró en localizar la petaca y quitársela de la mano. Le dió un último trago para después guardársela en el bolsillo. -¿Te encuentras bien? -La pregunta le sonó estúpida a sí mismo, veía su estado.